Cuatro cualidades
En los Yoga Sutras (1:33), Patanjali afirma que hay cuatro cualidades que deben ser la base de nuestra asociación con los demás. Estas cuatro cualidades son maitri o amistad, karuna o simpatía y compasión, mudita o felicidad y alegría, y upeksha o indiferencia. La amistad debe ser la base de nuestra asociación con los que se sienten satisfechos. Un individuo debe ser amigo de aquellos que no hacen exigencias, sino que están satisfechos. La sensibilidad, la simpatía y la compasión son la base de la relación con los que están necesitados o sufren. Si alguien está sufriendo, entonces la simpatía y la compasión se convierten en el fundamento de la asociación. Debemos alegrarnos por aquellos que son virtuosos, que se identifican con las virtudes de la vida. Finalmente, Patanjali dice que hay que ignorar, desatender, dejar atrás a las personas que son perversas. Utiliza la palabra “ignorar», no dice ajustarse y acomodarse. No se asocien con personas negativas, destructivas, que no solo destruyen su paz sino la paz en todas partes. Ellos tienen su destino y ustedes no pueden hacer nada al respecto.
Estas cuatro ideas se convierten en la base del comportamiento y de las asociaciones de un yogui. Por el contrario, cuando hay odio entonces ustedes comienzan a pensar, ¿por qué debo ignorar a esa persona, por qué no puedo ayudar a esa persona? Ese es su criterio, su sabiduría y su elección. Si se acercan a un agujero negro serán absorbidos por él. Si entran a una mina de carbón, sus ropas también se pondrán negras. Por lo tanto, Patanjali dio una instrucción muy clara como base para las asociaciones y el trato con la gente, incluyendo a los compañeros, los maridos, las esposas y los hijos, con cualquier persona. Los cuatro principios de Patanjali, maitri, karuna, mudita y upeksha, conducen al desapego. El desapego es una comprensión mejor y de mayor calidad del apego. Un individuo se asocia con otras personas en el curso de esta vida durante un periodo limitado, unos pocos años, diez, veinte, treinta, cuarenta o cincuenta años. En el momento de la muerte la asociación termina. Esa asociación no continúa. Quien fue marido o mujer hoy puede convertirse en hijo o hija o en el peor enemigo en la siguiente vida, o en padre o abuelo en otra vida. Las asociaciones en la vida son solo temporales. No se extienden más allá de la vida, a menos que se trate de una asociación espiritual. Una asociación espiritual está iluminada, es una conexión que se ha vuelto viva. No es emocional, no es exigente. No es una expectativa, sino la fusión de dos espíritus y dos mentes.
The flight of the swan, página 173
Satyam Yoga Prasad, libros electrónicos, 2º capítulo, colección pictórica
Si a veces su profesor no es capaz de satisfacerle, no debe preocuparse por ello. Tal vez el maestro no es eficiente, o tal vez usted tiene un ego enorme. Puede ser una cosa o ambas, porque muchas veces quien tiene un gran ego considera a la otra persona como un idiota. Así que tiene que llegar a un punto de compromiso consigo mismo y con su aceptación. Dando por hecho que su profesor es ineficiente y que usted tiene un ego enorme, ¿qué debe hacer? Es mejor y más seguro pensar: «Yo soy egoísta y él no es ineficiente».
Da, da, da en abundancia, con humildad y con alegría. Así, en el mismo proceso de dar, enriquécete tú también. Si un hombre que no ha eliminado los celos, la murmuración, el odio, el orgullo, el egoísmo, dice: «Estoy meditando seis horas diarias», todo eso es una tontería. No hay esperanza de entrar en un estado de ánimo meditativo incluso después de un año, a menos que, durante seis meses, se eliminen todos estos vrittis y se purifique primero la mente mediante el servicio desinteresado.
Reflexiona un poco, haz vichara un poco. Analiza tus pensamientos. Examina tus motivos. Elimina el egoísmo. Calma las pasiones. Sirve y ama a todos. Purifica tu corazón. Limpia la escoria de tu mente. Escucha y reflexiona.
Practiquemos o no la meditación, practiquemos o no el yoga, si aspiramos a vivir una vida yóguica debemos intentar mantener una naturaleza serena en toda situación. Cultivar la serenidad, sin ponerse nervioso o excesivamente ansioso, conduce a la conciencia y paz interiores.
No basta con desarrollar la conciencia interior a través de la meditación. Es necesario aplicarla en la vida cotidiana, de lo contrario es como fabricar una bomba y guardarla en su habitación sin hacer uso de ella. Con la meditación, usted eleva y purifica su conciencia, pero cuando se trata de aplicarla en la vida cotidiana, no lo hace. Por lo tanto, la vida cotidiana y la vida espiritual se convierten en dos realidades diferentes y contradictorias. Si quiere que la conciencia que ha desarrollado le ayude tanto en su vida espiritual como en su vida material, debe aprender el método para tomar un poco de energía de esa fuente fundamental de conciencia y ponerla en contacto con sus actividades diarias, o nunca realizará todo su potencial. En el yoga, y en otras ciencias relacionadas con el yoga, hay métodos a través de los cuales la conciencia suprema se puede aplicar a la vida diaria.