Satsang sobre el gurú y el discípulo

Continuación
¿Qué puede hacer el gurú para ayudar al discípulo?
Hay diferentes tipos de discípulos, y se clasifican en tres categorías. Los discípulos sattwicos han alcanzado la tranquilidad y el equilibrio de la mente y todo lo que decidan será correcto. Los discípulos que son rajásicos por naturaleza siempre tienen un conflicto sobre sus decisiones. Por lo tanto, deben meditar, alcanzar la tranquilidad mental y luego decidir. Sin embargo, los discípulos que son tamásicos por naturaleza deben consultar a un sabio o gurú.
Todo el mundo está influenciado por su naturaleza más profunda y por la formación recibida del entorno y la asociación. Las influencias educativas, sociales y familiares crean muchas interferencias. Estos conflictos aparecen en la vida de la mayoría de las personas y se relacionan con la mayoría de los asuntos de la vida. Cuando quieren encontrar una profesión o una asignatura de educación, tienen conflictos. Si se quieren casar, tienen conflictos. Si deben hacer este negocio o aquel otro, siempre tienen conflictos, porque llegar a una decisión es muy difícil.
Para la mayoría de la gente la decisión debe venir de la mente superior. Los discípulos que han alcanzado una naturaleza sattwica tienen gran claridad. Nunca sufren de inseguridad, no tienen miedo a nada y deciden todo basándose en la verdad. Las personas que se guían por la cualidad sattwica se guían por ciertos principios y basan sus decisiones en ellos. No les importa si tienen éxito o no.
Devoción frente a emoción
El gurú puede despertar una experiencia en ciertos discípulos con sólo tocarlos y puede ayudar a algunos a resolver su karma burdo. Puede orientar a otros y esperar a ver qué ocurre. Todo depende de la calidad del discípulo. Hay muchos tipos de discípulos y el gurú tiene que tratarlos de forma diferente. En un discípulo que ha entregado su ego por completo, el gurú puede despertar la experiencia primero con el pensamiento, pero esos discípulos son muy escasos. El ego es una gran barrera entre el gurú y el discípulo, porque impide que uno se entregue. Por lo tanto, el gurú tiene que utilizar otros métodos.
Los discípulos y los gurús no saben qué relación deben tener entre sí. ¿Piensan en mí como su padre, su hijo o su amante o algo más allá de esto? El discípulo sólo conoce unas pocas emociones, como la emoción paternal o fraternal. Sin embargo, hay otro tipo de emoción entre gurú y discípulo, que se llama devoción o bhakti. La devoción es muy difícil de comprender. Una vez que comprendes la devoción, entonces puedes empezar a pensar correctamente. Entiendes la pasión, el amor y el afecto y por tanto puedes practicarlo, pero poca gente sabe cómo experimentar la devoción. Cuando sientes emoción por alguien a quien quieres mucho, trasciendes tu mente. Del mismo modo, cuando siente devoción por su gurú, puede trascender la mente instantáneamente. Todas las relaciones se basan en el cuerpo, la mente, los sentidos y la emoción, pero la relación entre el gurú y el discípulo no se basa en ninguno de ellos. Puedes empezar con una relación conocida por ti, pero en última instancia debes trascenderla.
Medellín, Colombia, 31 de noviembre de 1982
¿Debemos recibir un mantra de una persona a la que no consideramos nuestro gurú?
El mantra siempre se debe tomar del propio gurú, porque sólo así será eficaz. Es la primera forma de contacto o iniciación entre el gurú y el discípulo. No se debe cambiar ni el mantra ni el gurú.
Antes de que el gurú pueda transmitir los poderes de un mantra, debe sentir que el aspirante es lo suficientemente fuerte y está preparado para recibirlo. Muchos gurús pueden transmitir ciertos poderes magnéticos a sus discípulos, pero si el discípulo no está preparado puede perturbar su equilibrio mental y nervioso. La iniciación es algo así como una descarga eléctrica que entra en la atmósfera mental de la persona.
Tras aceptar el mantra, la persona se convierte en discípulo. Cuando practica el mantra, fortalece la relación gurú-discípulo y, una vez establecida, se puede convertir en el canal a través del cual se conducen los pensamientos del gurú. El discípulo debe ser regular en su meditación. Si existe un contacto constante con el gurú, se puede recurrir a su ayuda y guía inconscientes.
Es la mente inconsciente del gurú la que interactúa, no la mente consciente. A este nivel, todos estamos interconectados y relacionados, lo que permite la comunión de pensamiento y sentimiento. Si el gurú es realmente capaz, puede incluso alterar el destino del discípulo.
Al gurú sólo le preocupa una cosa: eliminar la dualidad y la distancia que existe entre las dos mentes del gurú y el discípulo. El discípulo puede tener ciertos aspectos mundanos, un corazón, una mente y un poder intelectual de razonamiento, pero al gurú no le preocupan. Sabe que su discípulo tiene que abandonarle en algún momento. Por lo tanto, debe asegurarse de que el discípulo se desprende del ego y de que existe una unidad y una unicidad completas en su relación.
India, julio de 1977
Tomado de Yoga magazine
http://www.yogamag.net/archives/2010s/2011/1107/1107angd.html
No se puede definir la perfección. La perfección es un proceso continuo, y si se llega a definir la perfección de alguna manera, entonces se pierde totalmente el punto. Es un error pensar que un milagro es que Dios haya hecho nuestra voluntad. Cuando se ora, «Oh Dios, por favor permite que esto suceda», y sucede, entonces decimos: » Ha ocurrido un milagro, pude convencer a Dios de que cumpliera mis órdenes”.
Los cimientos de la sadhana solamente se pueden poner bien y verdaderamente si el aspirante posee serenidad mental al máximo. Un aspirante con una mente inquieta no puede progresar en la sadhana, ya que solo una mente silenciosa puede recibir y retener la luz divina. Las experiencias espirituales serán permanentes si uno posee una mente tranquila, de lo contrario, vendrán y se irán. A menos que se desechen todos los pensamientos, sentimientos, preocupaciones, ansiedades, ideas confusas y miedos imaginarios vanos y habituales, la mente no puede estar en paz. Libera la mente de antojos, preocupaciones, engaños, orgullo, lujuria, apego, gustos y aversiones y entra en el dominio de la paz suprema.
Uno se convierte en discípulo cuando es capaz de disciplinarse. ¿En qué consiste esta disciplina? El manejo de los seis ‘amigos’ hace que uno se convierta en discípulo, antes de eso sólo se es un chela. Chela significa ‘jo chalta hai’, alguien que se limita a acompañar y a luchar mucho. A una persona así se le puede llamar de cualquier manera: aspirante, jignasu; novicio, brahmachari, o aarthi, alguien que necesita ayuda, pero todos ellos buscan siempre la autogratificación. En cambio, un discípulo siempre está tratando de seguir la disciplina para adquirir ese equilibrio y armonía en su naturaleza, la cual sólo se puede alcanzar mediante la disciplina interior. Esta es la principal diferencia entre un discípulo y un aspirante.
¿Cómo se convierte uno en gurú?
El camino espiritual está plagado de numerosos obstáculos. El gurú, que ya ha recorrido el camino, guiará a los aspirantes de forma segura y eliminará todo tipo de obstáculos y dificultades. Por ello es necesario un gurú personal.