Satsang sobre el karma

¿Qué es el karma?
Literalmente, karma significa acción, pero la acción en sí misma no es nada. Supongamos que tengo que ir a la guerra y mato a mucha gente, esa es mi acción, pero no es mi karma. Por otro lado, si mato a esas personas por odio, entonces sí es karma, porque influye en mi mente y en mi personalidad. Por lo tanto, además de referirse a la acción, el karma también significa la impresión que un acontecimiento de la vida deja en la mente de un individuo.
Según la filosofía oriental, incluso si no trabajas, cocinas, limpias tu habitación o haces nada en absoluto, sigues creando karma. Incluso por la noche, mientras duermes profundamente, el ser humano está trabajando en los planos más profundos. El ser humano trabaja principalmente en su inconsciente, la acción consciente es simplemente una expresión de la motivación inconsciente. Además, los órganos del cuerpo nunca pueden permanecer inactivos, ya que más de diez sistemas corporales están trabajando todo el tiempo. Por lo tanto, no hay un momento en la vida en el que el hombre pueda permanecer inactivo.
¿Existen diferentes tipos de karma?
Sí, hay varios tipos de karma. Algunos los llamamos karmas diarios. Prácticamente no tienen relevancia para la vida interior de uno; son mecánicos y rutinarios. Quizás la única influencia que ejercen sobre ti sea la monotonía y el cansancio. Otra forma de karma se conoce como karma motivado. Se realiza con un motivo particular en mente y crea semillas. Estas semillas forman impresiones mentales e influyen en toda la personalidad, la mente, el cuerpo y las emociones. Por ejemplo, supongamos que pongo en marcha un negocio. Si el negocio tiene éxito, soy feliz; si no lo tiene, soy muy infeliz. Por lo tanto, mi estado de ánimo no se debe al resultado del negocio, sino a mi motivación. En otras palabras, según la base de nuestra motivación, se producen las consecuencias.
Si soy juez y condeno a muerte a un hombre para proteger a la comunidad de un criminal peligroso, entonces no estoy creando un karma que se volverá en mi contra. Pero si mi motivo para ejecutar a un hombre es personal o parcial, entonces tendré que sufrir las consecuencias del karma. Esta es una ley universal.
¿Existen técnicas que podamos utilizar para deshacernos del karma o controlarlo?
No es fácil deshacerse del karma, y todos los hombres están sujetos a él. Cada acción tiene una reacción igual y opuesta. Esta es la primera ley de la ciencia, la primera ley de Newton. Cuanto más empujas un péndulo hacia la derecha, más se balanceará hacia la izquierda, y luego de nuevo hacia la derecha: acción y reacción. Ninguna acción en la vida queda sin pagar y no puedes ocultarte nada a ti mismo. Tú eres tu propio testigo y observador. Sabes lo que piensas, sientes y haces, y conoces tus verdaderas intenciones. Al observarte a ti mismo, puedes controlar tu karma.
Hay varias formas de librarse del karma. La más rápida es a través de la penitencia y la austeridad, pero es muy difícil. La meditación es un método fácil, o hay una forma aún más fácil. Buscar un gurú evolucionado y recibir un mantra de él. Vivir con él durante un período de tiempo considerable y, poco a poco, el karma comenzará a desaparecer.
Si uno se libera por el agotamiento del karma, ¿debe restringir sus acciones para evitar crear más karma?
La liberación no significa renuncia a la acción o al karma. Un individuo liberado sigue actuando en los planos físico, mental, intelectual, emocional y sensorial. Puede arar la tierra o realizar cualquier tipo de trabajo porque no son las acciones las que atan al hombre, sino el ego. Cuando el ego está involucrado en sus acciones, el karma se convierte en su propiedad y tiene que aceptar la responsabilidad de ello.
Un hombre liberado ha disociado el ego de sus acciones, de su karma. Trabaja como lo hace un sirviente o un dependiente de una tienda. Aunque un dependiente trabaja con su mente, su cuerpo y su intelecto, no tiene ninguna responsabilidad por lo que ocurre en la tienda. Por otro lado, el propietario de la tienda no es capaz de desprender su ego de la tienda y, por lo tanto, es responsable de los karmas buenos y malos que se acumulan en ella. Los beneficios le pertenecen y las pérdidas también, porque su personalidad y su ego están involucrados. Donde está involucrado el ego, hay karma; donde no está involucrado el ego, no hay karma.
¿Es posible asumir el karma de otra persona?
Si existe una comunicación profunda o un vínculo psíquico entre dos personas, se produce una transferencia de karma. La profundidad de la conciencia es la responsable de ello. Si se ama mucho a alguien, ya sea amigo, marido, mujer, hijo o amante, es un proceso automático. Puede incluso asumir el karma de su enemigo, si tiene constante conciencia de él.
En la relación gurú/discípulo, si los dos están unidos en espíritu y conciencia, todos los karmas del discípulo se transfieren automáticamente al gurú y el conocimiento del gurú también se transmite automáticamente al chela. Pero si gurú y discípulo no están unidos en conciencia, esto no sucede.
¿Somos víctimas del karma de nuestros padres?
Heredamos los karmas de nuestros padres, sean buenos o malos. Si son karmas buenos, nos hacen progresar en la vida; si son malos, somos víctimas. Por lo tanto, todos los padres deben tener mucho cuidado, ya que cada hijo tiene que luchar para librarse de los karmas que los padres han creado.
¿Por qué el karma de algunas personas es nacer con retraso mental o discapacidad física?
Cuando uno sigue una vida espiritual desarrolla pureza y claridad mental y corporal, y entonces ciertas reglas rigen sus procesos psicológicos y biológicos. Pero si sigue una determinada cultura ajena a la disciplina y los ideales espirituales, ignorará todos los sistemas y reglas que controlan los procesos psicológicos, biológicos y emocionales que rigen toda la vida. En tales culturas, hay un sufrimiento incalculable, y en cada generación nacen niños discapacitados o con una capacidad mental inferior.
¿Están los animales sujetos al karma del mismo modo que el hombre?
Todos y cada uno de los seres de este mundo, incluidos los del reino mineral y vegetal, se mueven de acuerdo con las leyes predeterminadas de la naturaleza. Mientras el hombre sea incompetente y débil mental y físicamente, también estará sujeto a las leyes del destino. Pero a medida que desarrolla una mayor conciencia, trasciende gradualmente los dictados del destino y del karma y es capaz de crear una nueva ley y un nuevo orden para sí mismo. Cuando un ser se encarna como humano, trae consigo una forma superior de conciencia llamada gyanam, de la que ningún otro ser está dotado. El gyanam es la conciencia de la propia existencia en relación con el tiempo y el espacio. ‘Sé que soy; sé que sé que soy’, esto es gyanam.
Si un hombre hace algo malo, sufrirá porque sabe que ha hecho algo malo. Si mata a alguien, va a sufrir, quizá no legalmente, pero sin duda mentalmente. Si roba o hace algo que cree que está mal, sufrirá agonía mental. ¿Por qué? Debido a su conciencia. Por otro lado, un perro no tiene culpa. Por tanto, si muerde a alguien, no sufrirá ni tendrá ningún problema. Los animales pueden morderle o servirle, pero la naturaleza no les recompensará ni castigará. Sus acciones no provocan reacciones.
Durante el desarrollo espiritual del ser humano, ¿siempre avanza o a veces el karma le hace retroceder?
Según la filosofía hindú, la evolución avanza, pero a veces, a causa del karma, puede que tenga que retroceder. Supongamos que usted es una persona espiritual y quiere llegar alto, pero en una etapa determinada se da cuenta de que tiene pasiones, un deseo de disfrute de los sentidos o una ambición vengativa. ¿Qué hará? Lo mismo que haría si fuera de camino al aeropuerto y descubriera que se ha dejado olvidado el pasaporte. Tendría que dar media vuelta, terminar allí sus asuntos y volver a ponerse en marcha.
Cuando tiene que retroceder en la vida espiritual, no se convierte en un animal con cuerpo, es un ser humano. Puede que se comporte como un tigre, pero su cuerpo no ha cambiado, es sólo una experiencia. Cuando, a causa del karma, tienes que volver atrás, es sólo temporal y no es para sufrir, sino para experimentar.
¿Existe el destino o controlamos nuestra propia suerte?
El destino sí existe. Si quiere volver a Bombay, ése es su destino; es su destino. El destino se basa en la ley de acción y reacción. Cada acción, cada karma tiene una reacción. De la misma manera que usted lanza un guijarro a un lago y eso crea ondas, del mismo modo, cuando usted genera karma, está creando ondas en el cosmos.
El karma no es sólo acción; un pensamiento o un sentimiento también son karma. Karma significa movimiento. Dondequiera que haya movilidad, hay karma. Cada karma provoca ondas o vibraciones y éstas siguen moviéndose en una reacción en cadena. Cada acción crea una reacción; y la reacción provoca otra reacción. Con el paso del tiempo, esta reacción en cadena se multiplica en un millón de fuerzas reaccionarias en la vida, y eso crea el destino. El destino es una ley de la naturaleza y no se puede ignorar. Todos los animales, de hecho, el universo entero, están bajo la ley del destino.
¿Cuál es la necesidad del karma yoga?
En mis primeros tiempos, cuando vivía en el Sivanandashram con mi gurú, pensaba que cuando saliera del ashram me quedaría en silencio y contemplaría. Sin embargo, en 1964, cuando comencé el ashram en Munger, mucha gente vino a quedarse conmigo, pero nadie se quedó más de tres o cuatro meses. Esto se debía a que no había trabajo para ellos en el ashram. Se limitaban a aprender y practicar un gran número de asanas, pranayama, mantra, meditación, etc. Pero esto no creaba estabilidad en ellos, porque sus mentes no estaban purificadas.
Al cabo de unos años, empezamos a trabajar un poco en el ashram -jardinería, imprenta, edición, trabajo con libros, mecanografía o cocina- y desde entonces el número de residentes ha ido creciendo cada semana. Ahora la gente permanece en el ashram durante años. A veces permanecen cinco, diez o doce años, sobrellevando todas las dificultades de la vida en un ashram. Los domingos suelo decir a los swamis que cierren todos los departamentos. A veces no les permito trabajar en absoluto durante tres días consecutivos, y se vuelven muy inquietos. Muchos de ellos siguen viniendo a mi habitación pidiéndome que les dé algo de trabajo. Así que ahora los swamis y los invitados se dan cuenta de que la naturaleza ha creado en el hombre el deseo y la compulsión de trabajar. Ese es el papel positivo del deseo en la vida.
Si el hombre no tuviera deseos no se vería obligado a trabajar, y si no trabajara, su mente no crecería. Para una persona que no ha evolucionado más allá del tamo guna y el rajo guna es obligatorio trabajar. Aunque tenga una gran riqueza y todas las necesidades de la vida en abundancia, debe trabajar. Sólo cuando haya alcanzado el estado de sattva, el punto más elevado de equilibrio y ecuanimidad podrá permanecer sin trabajo, sin karma. Para la purificación de la mente el karma es esencial, y si practica el karma yoga alcanzará la pureza mucho más rápidamente.
Tomado de http://www.yogamag.net/archives/1980s/1980/8011/8011sat.html